para Estibalitz Morras Dimas
“En esta COP20 es necesario considerar el tema de la adaptación, es fundamental llevar a los grupos humanos más vulnerables a la resiliencia. Si estuvo en manos del hombre el origen de los problemas, también está en las manos del hombre la solución” - Con estas y otros afirmaciones el Sr. Manuel Pulgar – Vidal, Ministro del Ambiente de Perú y Presidente de la COP informaba sobre el avance de las negociaciones COP20/CMP10 a la Reunión Parlamentaria que tuvo lugar en el Congreso de la República (Lima) con ocasión de la Conferencia de NNUU sobre el Cambio Climático en la mañana del lunes 8 de Diciembre.
Representantes parlamentarios nacionales de más de 40 Países, así como organismos observadores (incluidos representantes de Naciones Unidas, Parlamento Europeo, Parlamento Andino y de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental), recalcaron un unánime acuerdo de que es tiempo de pasar a la acción, ya se ha fallado en ocasiones anteriores y aunque los efectos del cambio climático tendrán repercusión en todo el planeta, serán los más vulnerables los que se lleven la peor parte.
No se trata de una cuestión de solidaridad, sino de un compromiso político – es crucial que se discuta sobre las oportunidades económicas de lo que actualmente nos está costando “no hacer nada”. El medio ambiente no se valora en términos reales, puesto que generalmente no se trabaja para producirlo sino para extraerlo, preguntémoslo: ¿cuánto cuesta no hacer nada? – en algunos países la inadecuada gestión de los recursos naturales y los efectos del cambio climático pueden afectar hasta un 7% del PIB anual.
La Reunión Parlamentaria adoptó un breve documento, preparado por el Relator Sr. Sergio Tejada teniendo en cuenta las diferentes aportaciones, que entre otros concluye:
La urgente necesidad de respaldar los esfuerzos de los países en desarrollo, en particular de los más vulnerables, como los pequeños Estados insulares en desarrollo, los países de África y los países menos adelantados, para ejecutar sus planes de adaptación. Por tanto, reconocemos que es preciso encontrar un equilibrio entre adaptación y mitigación. También es necesario actuar con resolución para aplicar los compromisos de apoyo a los planes y medidas para la adaptación en los países más vulnerables al cambio climático. Instamos a los gobiernos a que asignen prioridad a la revisión y verificación del apoyo para la adaptación, a la supervisión de los riesgos y a la aplicación de medidas destinadas a mejorar la resiliencia para afrontar las consecuencias del cambio climático.
Parece ser que el FIDA va por buen camino aunque todavía quede mucho por recorrer. Por el momento a través del Programa de Adaptación para la Agricultura en Pequeña Escala se tiene la meta de apoyar por lo menos 40 procesos de dialogo (nacionales o internacionales) que promuevan la adaptación en países como Bolivia ( a través de planificación participativa a nivel municipal) , Nicaragua (mesa de Cambio Climático), Yibuti ( Código de Conducta para la Pesca y la Acuicultura Responsable) o Bangladesh ( Dialogo político sobre el fortalecimiento de la Resiliencia Comunitaria).
Queda todavía una semana donde vendrá la parte más dura de las negociaciones sobre el financiamiento mundial para hacer frente al Cambio Climático. Se estima que el 95% de los fondos, sean públicos o privados se vienen usando en mitigación. Sin embargo en el tema de adaptación, los países desarrollados están corriendo más rápido con fondos propios – es necesario aumentar la contribución en adaptación a los países más vulnerables. Para esta semana, entre otras quedan importantes preguntas en el tintero: ¿Qué países deben ser los financiadores? ¿Qué se financiará? Mantengámonos atentos, el debate sigue abierto.